Mira que el miedo nos hizo cometer estupideces, nos dejó sordos y ciegos, tantas veces. Y un día después de la tormenta, cuando menos piensas sale el sol, de tanto sumar pierdes la cuenta porque uno y uno no siempre son dos, cuando menos piensas sale el sol. Te lloré hasta el extremo de lo que era posible, cuando creía que era invencible, no hay mal que dure cien años, ni cuerpo que lo aguante, y lo mejor siempre espera adelante. Y un día después de la tormenta, cuando menos piensas sale el sol, de tanto sumar pierdes la cuenta porque uno y uno no siempre son dos, cuando menos piensas sale el sol.


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